Madrid, 10 Noviembre 2015
Teatro Circo Price
 

Lista de canciones

1. Celtic Swing
2. Close for the Jazz
3. Brown Eyed Girl
4. Days Like This
5. Precious Time
6. Baby Please Don't Go / Parchment Farm / Cry Cry Baby
7. That's Life
8. If You Only Knew
9. Early in the Morning / Rock Me Baby
10. Think Twice Before You Go
11. I Believe to my Soul (Ray Charles cover)
12. Moondance
13. Enlightenment
14. In the Afternoon
15. Magic Time
16. Sometimes I Feel Like a Motherless Child (Paul Robeson cover)
17. Whenever God Shines His Light
18. Help Me (Sonny Boy Williamson cover)
19. Ballerina

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Crítica:

Crónica:

"The show must go on". "El espectáculo debe continuar", dice la letra de Ballerina, el eterno instante astral en una noche salpicada de ochomiles emocionales. Esos minutos finales fueron un torbellino de música, puro Van Morrison, auténtico poder soul, armonía cósmica, delirio. "The show must go on". Quizá al pronunciar estas palabras que son la ley sagrada del arte se cruzó por su cabeza la figura de Allen Toussaint. Lo seguro es que hablaba de sí mismo, del fuego abrasador ...que encierra su cuerpo a los setenta años, de su imperiosa necesidad de mostrar lo mejor de ese talento inexplicable. Se encorvaba en Ballerina, se encogía, explotaba, aplastaba cada molécula de oxígeno en su interior para llegar más y más lejos, para superar las estrellas, para cambiar de dimensión, para que el espectáculo continúe después de tantos años, para que no nunca muera ese amor danzarín de su juventud donde pesa tanto la alegría como los dolores de vivir.

La sala ya había tocado el firmamento. El "extraterrestre con sombrero", como titula hoy el gran Fernando Neira, había explicado por activa y por pasiva que lo daría todo. En concreto, el prodigio llegó a partir de Baby Please Don´t Go, un huracán con una armónica que casi no soltó en toda la sesión. Ese cohete en ignición iba soltando módulos tras las fases de simple puesta a punto (Celtic Swing, Close Enough for jazz, Brown Eyed Girl, Days like This, Precious time). El gran impulso llega de la mano del clásico mil veces renacido Baby Please don´t go, con retazos de Lonely Avenue (de lo mejorcito de la noche). Comienza con un ritmo mínimo, el mecanismo de un reloj que encierra toda la violencia de los ríos más oscuros, como pronto se comprueba.

Luego vienen espléndidas That´s Life, If you Only Knew y Early in the Morning (sublime también), pero cuando hay que hacer cosas realmente grandes aparece siempre Ray Charles. Es el momento de I Believe to my soul, negra hasta decir basta. Subidón sin ley de la gravedad, gravitación absoluta, con miradas cara a cara hacia la versión de It´s too late to stop now. Luego, más o menos y no necesariamente en este orden, Moondance, una de las especialidades de la casa, Enlightenment, Whenever God Shines His Light, In the afternoon (muy bella) y Magic Times, entre otras. La guitarra sólo la cogió para Sometimes I Feel Like a Motherless Child.

Si la historia sirve para algo, es para vivir. Vivir la música, por ejemplo. Vivirla con sabiduría telúrica, como el que simplemente respira mientras la belleza del conocimiento se transforma en un sonido que lo envuelve todo, que arrastra hacia un territorio inasible donde encajan todas las piezas del universo. Lo sentimos anoche durante la lección de historia viva que ofreció Van Morrison, mito viviente donde los haya. El espectáculo debe continuar. Te seguimos.