|
|
Barcelona, 24 Septiembre 2005
Gran Teatre del Liceu
Lista de canciones
1. Spanish Steps
2. The Beauty Of The Days Gone By
3. Magic Time
4. Ain't That Loving You Baby
5. They Sold Me Out
6. Talk Is Cheap
7. Carrying A Torch
8. Days Like This
9. All Work And No Play
10. Have I Told You Lately
11. Philosopher´s Stone
12. Georgia On My Mind
13. Real Real Gone / You Send Me
14. Precious Time
15. Streets Of Arklow / You Don't Pull No Punches
16. Northern Muse (Solid Ground) / Auld Lang Syne
17. Stop Drinking
18. Brown Eyed Girl
19. Gloria
Músicos:
- Mark T Jordan – Teclados
- Ned Edwards – Guitarra
- David Hayes – Bajo
- Bobby Ruggiero – Batería
- Matt Holland – Trompeta
- Martin Winning – Saxo
- Teena Lyle- Voces, Vibráfono, Percusión.
Entradas
Galería de fotos
Crítica:
Ritmo apabullante en el Liceu
Miquel Jurado, El País, 25-09-2005
"Feeling" curativo en el Liceu
Jordi Bianciotto, El Periódico, 25-09-2005
Van Morrison, Tota una vida de música al Liceu
QUÈFEM? La Vanguardía, 23/29-09-2005
Crónica:
Pactar con la realidad
Miguel López
Dos buenos conciertos de Van Morrison en Barcelona. Eso es lo que ocurrió, en mi modesta y pútrida opinión. Lo que no pasó es lo otro, lo de acariciar las estrellas, lo de respirar el embriagador aroma del silencio, lo de sumergirnos en el baño místico que nos traslada -cuan transmigración molecular- al centro de las grandes verdades de la vida, lo de ver cómo se convierte un señor de sesenta en un chaval de 24, y que cada cual ponga a continuación aquello que le hizo apuntarse a este rebaño de locos para compartir enfermedades, informaciones, discos, fobias o pasiones que giran alrededor de este hombre. Pues no. Eso no pasó, pero podría haber acontecido, a tenor de lo visto y oído.
Es cierto que tras el segundo concierto en los corrillos se habló menos de Teena Lyle, estando como estaba la muchacha. Ese bloque compacto de The Philosopher´s Stone (lo mejor de ambas jornadas para mis oídos, con Matt Holland levantando a Mark Jordan de la silla del piano para que se sentara al órgano, con un duelo imposible de guitarra y xilófono, con el ya entrañable jueguecito de vientos), Georgia y Streets of Arklow fue el piso más alto al que llegamos. Allí podía pasar lo otro, pero lo otro no llegó para comprensible frustración de tantos y tantos.
Pero hay que pactar con la realidad y sí se había visto mucha belleza, sí se podía percibir mucha entrega y sabiduría, sí se podía sentir la curación del redescubrimiento. Especialmente conmovedora para mí fue la resurrección de Talk Is Cheap , un tema nunca me ha interesado especialmente y que languidecía en su ecuador, una vela que se apagaba como las esperanzas de muchos congregados, un herido al que el gordo inyectó su particular vanterapia y elevó hacia el delirio, un contrapunto trabajado a pulso: si quiere, puede.
Antes se habían contemplado otros prodigios. Las flores del día anterior ( Wonderful Remark -perdona Magda, pero discrepo: me pareció lo más brillante del primer encuentro; Real Real Gone (también escurridiza, como la anterior), o Little Village , con acústica de doce cuerdas, hermosa, vibrante, con valor para mirar a los ojos a su hermana mayor de Granada) aún desprendían sus efluvios. Y otros muchos latigazos, a veces certeros ( Magic Time me sonó infinitamente mejor que la cansina versión del disco), a veces fallidos ( Bring it on Home to me no debería salir de los confines del It's Too Late más que para acudir a su entierro).
Muchas gracias a Magda, Jaume y resto de amigos catalanes por el esfuerzo organizativo, su cariño y su entrañable acogida. La ciudad estaba simplemente maravillosa, demostrando que las comparaciones son odiosas.
También saludos a los amigos-enfermos habituales, que, sin duda, se llevaron suficientes dosis de ansiedad para volver a caer de nuevo en el mejor error que se puede cometer hoy en la música. Y que sea pronto.
|