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Málaga, 18 Enero 2004
Sesión - 20:00 h
Teatro de Cervantos
Set list
- Inarticulate Speech Of The Heart #1 / No Prima Donna / When The Heart Is Open
- I Like It Like That / Kansas City
- Fire In The Belly
- What's Wrong With This Picture
- Once In A Blue Moon
- Sometimes We Cry
- Walking My Baby Back Home
- Rambler's Blues
- Fame
- That's Life
- St James Infirmary
- Bright Side Of The Road
- And The Healing Has Begun
- Stop Drinking
- Brown Eyed Girl
- It's All Over Now Baby Blue
- Gloria
Musicians
- Richard Dunn - Teclados
- Ned Edwards - Guitarra
- David Hayes - Bajo
- Matt Holland - Trompeta
- Bobby Irwin - Batería
- Martin Winning - Saxo
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Review:
Chronicle: Un salto cualitativo
MIGUEL LÓPEZ
Salto cualitativo. Después de varios años hablando de tal canción o de tal otra, de que si el instante de gracia fue In the Afternoon, o si Sweet Thing, que vaya Did Ye Get Healed, que si lo logró con Carrying a Torch... después de eso, decía, eso se acabó. Desmenuzar aquella pieza, relatar el camino emocional hasta que se vislumbra levemente el milagro es cosa del pasado. Punto final a la teoría de los momentos, a la búsqueda y captura de los instantes de éxtasis, fuera del tiempo y del espacio. Hemos vivido durante estas noches andaluzas una revolución. Ha muerto la música de Newton y empezamos con el Morrison cuántico. Se acabó eso de ir a por los cinco o diez minutos que conecten con tus anhelos. Ahora es una cuestión de horas, de extensos espacios, de paisajes abiertos donde se puede deambular a golpes de amor durante el camino de la curación.
A ver, lo de Granada. Si esto fuera un comunicado de Caledonia Markets. Inc., diríamos que todos los analistas recomiendan comprar What´s Wrong With This Picture. Después de semanas con miedo a decir que es bueno y con temor a decir que no es tan bueno, Morrison demuestra que acaba de publicar oro puro. Detrás de cada canción se esconde toda la magia de los primeros días y toda la sabiduría del final de la carretera. Vale todo. Desde la del título hasta Fame (compren, señoras y señores, compren en el mercado de futuros, que esto sube como la espuma). Y también Whinin´ Boy Moan, y Once In a Blue Moon. Y ojo, al día siguiente Too Many Miths, Gold Fish Bowl y St. James Infirmary. Lo de Little Village ya lo sabíamos, pero, bien pensado, tampoco sabíamos lo de Little Village, quizá con Granada en la cabeza, not enough to be a town, o tal vez sí. Bueno, queda claro que este fue un descarte de Astral Weeks o, si no, de Veedon Fleece. Embotamiento total de los sentidos aquí. Mariposas, la brisa primaveral, los almendros de las alpujarras abriéndose al compás de ese saxo, toda la naturaleza haciendo el amor. Apaga y vámonos, pero recordando que sube todo el disco, el discazo se puede decir a partir de hoy.
Otra cosa de los tres conciertos: Morrison tiene prisa. No pierde un minuto. Eso de calentar al público o el ambiente es una rémora. Se acabó. El tío asoma la nariz y has cambiado de dimensión. Sabéis todos lo que es un subidón, sí, eso que pasa a veces con muchas cosas. Pues lo hizo tres veces seguidas. En Granada lanza un Did Ye Get The Healed tremendo, algo más flojo (pero también de inmersión total) en el primero de Málaga, y brutal, demoledor, salvaje y mortal de necesidad el Inarticulate del tercer encuentro amoroso. Sobredosis total, muerte por colapso múltiple. Pensábamos que era Inarticulate, eso parecía. Nos miramos, como diciendo, ah, esto es Inarticulate, claro. Ya sé de qué va esto, la típica-tópica entrada. Y unos cojones. Ni puta idea de qué era ese Inarticulate. Se la inventó. De Pe a Pa. Al igual que se inventó Gloria pocas horas antes. Sí, se la inventó. Fue la primera vez que la interpretaba en público: una panda de borrachos aguarda la cola para saborear los encantos de esa chavala.
Seguimos: Ain´t Nothing You Can Do. Sí. Repito: Ain´t Nothing You Can Do. Esa, la de It´s Too Late, cuando te lavas la cara para despertarte, el despertador que rasga la mañana. Treinta años después o quizá treinta minutos. La da la vuelta, menudo lifting, qué bien te conservas maravillosa canción, me voy con ella a la cama después de haberme sacado tantas veces de ella. Creí que me iba a morir sin escuchársela. Tanto tiempo lo he imaginado y ahora me sorprende. Esto es Caledonia, pura Caledonia, mientras aguanten Van y Hayes cantando marchas fúnebres por sus viejos amigos, Caledonia late en Granada. Herejía: Qué buena el Precious Time, divertida, simpática, qué bien me cae esta pieza, ¿de dónde habrá salido?, ¿por qué no la tocará más en los conciertos? La tenía abandonada, se tenía abandonado y ahora ha vuelto.
Amanece. Salimos a Málaga. Ya está vendido todo el pescado, si viene algo más, bienvenido sea. Suena el RadioKoncert ese a toda pastilla. Levitamos hasta ver el mar, porque efectivamente Little Village ha vuelto loca a la naturaleza y las flores brotan por doquier. No es enero, sino 21 de marzo y quedan dos conciertos.
La sorpresa no se hace esperar. No hay dos conciertos en Málaga, sino uno muy largo. Son dos fotografías de la vida. Una de perfil y otra de frente. La de frente nos deja sin vista tras el flashazo, la primera en orden cronológico hace pupa en Goodnight Irene, Don´t Worry About A Thing y T For Texas. Ni Joyce ni Coleridge Ni Rimbaud. Este tío es un golfo que no hay quien se explique cómo le han dado el doctorado ese. Las volutas de humo, los cristales rotos en las calles de Belfast, la chusma en aquel barrio de Chicago, todo eso se palpa en estas versiones guitarreras, pero guitarreras guitarreras. Uauuuuu.
Para ponerse un poco críticos, cabe decir que Little Village es incapaz de cambiar en esta nueva ocasión los ciclos climatológicos, pero sí vale para echarse a llorar. Yo, desde luego, no me corto. Aquí he venido a lo que he venido.
La segunda parte de la parte contratante arrolla sin contemplaciones. Inarticulate total y When The Heart quitan el aliento. Le va a pasar lo mismo de siempre. El problemón de su vida. ¿Cómo se te ocurre comenzar con Astral Weeks? Toda la vida te lo van a recordar. ¿Cómo empiezas así el concierto, tío, deberías conocer un poco a Van Morrison? Es la segunda vez que digo esta frase en dos días. El día anterior se lo comenté al caza-autógrafos, que piensa colocar el del León junto al que consiguió de María Dolores Pradera, y ahora vuelvo a meter la pata. Y es que yo he venido a lo que...
Vuelvo a equivocarme. Es capaz de mantenerse allí y de subir hasta que falta el oxígeno. Pero la luz se hace insoportable poco después con And The Healing Has Begun. Cada cual ha venido a buscar su propio Van Morrison. Pero en realidad sólo hay uno. Hay un único tipo que se ha pasado toda la vida intentando alcanzar el destello de un rayo de sol que le iluminó en los años cincuenta. Fue en un barrio de una ciudad irlandesa. Dicen que Bloomfield. Pero también fue en la calle de Arregui, en el pueblo de Ismael, en la terraza de Sancho, en aquella playa de Pep, en el Cantábrico de Manu y Fernando, en el hierro industrial retorcido del ex núcleo duro. Todos buscamos ese momento. Perseguimos ese sueño que nos despertó a la vida, pero a todos se nos escapa de entre los dedos. Para siempre Hynford, Orangfield, Cyprus, Pueblo Nuevo, Sevilla, la verde Galicia, nuestros días de la felicidad y la inocencia se fueron. Sólo podemos intentarlo con espejismos, con la derrota por delante.
Sólo hay una canción también. Esa es la lección. No existe And The Healing Has Begun. Es mentira Sweet Thing, también nos confundió Take Me Back y Stepping Out (II Of Course), y When The Heart Is Open. No hay discos diferentes. Tampoco hay instrumentos, no se puede distinguir el saxo de la guitarra, ni el bajo del clarinete. Sólo hay una canción universal. Y la llevamos todos dentro. Van nos la dio en Málaga y Granada. Yo no lo olvidaré.
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