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San Sebastián, 24 Marzo 2002
Kursaal
Set list
- Inarticulate Speech Of The Heart #1
- Celtic Swing
- Whining Boy Moan
- Days Like This
- Cleaning Windows / Boppin' The Blues
- Into The Mystic
- Don't Worry About A Thing
- Bright Side Of The Road
- St James Infirmary
- Precious Time
- Vanlose Stairway (con Ned Edwards) / Trans-Euro Train
- Brown Eyed Girl
- In The Afternoon / Raincheck / Summertime In England
- All Work And No Play
- Jackie Wilson Said
- Star Of The County Down
- It's All In The Game / You Know What They're Writing About / Rainbow '65
- Gloria
Length: 1h 33m
- Richard Dunn - Teclados
- Ned Edwards - Guitarra
- Lee Goodall - Saxo
- Matt Holland - Trompeta
- Pete Hurley - Bajo
- Bobby Irwin - Batería
- Martin Winning – Saxo
Ticket stubs
Photo gallery
Review:
Chronicle:
MIGUEL LÓPEZ
La música está llena de vida y la vida está llena de música. Se hablará mucho de estos conciertos de Van en Donosti. Y no sólo por ansiedad, no por el deseo largamente acariciado de encontrarse cara a cara con un artista en estado de pura magia, no por descubrir retazos de esas emociones que nos embargan cuando, en soledad, paladeamos sus discos para sentirnos menos perdidos en este intrincado laberinto cotidiano. Ni tampoco por el ambiente de complicidad -más allá de las leyes de los hombres- que existió entre los vanáticos allí reunidos. No. No se hablará de estos conciertos por eso.
Hablaremos de Donosti porque hemos sido transportados a un mundo de belleza intensa, de verdad sin velos. Hemos pisado por primera vez (una vez más, valga la contradicción) un mundo recién estrenado, una vida abierta a nuestros sueños, una emoción cincelada por cada latido intransferible y conectado a la vez. Hemos sentido en lo más profundo de nuestro ser ese "Too much siesta", justo cuando Van nos hizo descender del meditation level three al meditation level two; y después, cuando parecía que ya sólo quedaba el silencio más oscuro, aún bajamos un escalón más: meditation level one.
Esto es imposible. ¿Qué queda más allá de esa frontera abisal? Casi dos mil interrogantes temblaban al filo de esa inquietante navaja y Van The Man llega con su repuesta. Too much siesta. Sí. Es cierto. No había otra forma de salir de ese atolladero musical más que la entrega al humor sabio, a la risa del río que nos arrastra hacia la luz. Nos movemos siempre entre esa siesta y esa presunta realidad. Nos trasladamos de forma errática entre nuestros sueños y los deberes, entre Van y lo demás.
Sí, estoy seguro. La música de Van estaba llena de vida y vosotros estáis llenos de música.
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